
La región de los Pueblos Blancos.
En los Pueblos Blancos podemos observar las tradiciones, costumbres y herencia cultural que nos dejaron nuestros antepasados en todas las regiones de los Pueblos Blancos, a través de los diferentes productos que sus artesanos elaboran, tal hecho se ve reflejado en los diferentes municipios tales como: Nindirí, Catarina y San Juan de Oriente, en donde hombres y mujeres demuestran su gran herencia a través de los diversos trabajos realizados por sus manos laboriosas, las cuales caracterizan a la zona en la que habitan.
Como muestra el municipio de Nindirí (7,800h), el cual conserva mucho de su sabor aborigen mediante dos labores fundamentales: el primero son las artesanías de bambú, que realizan expertos como el Señor Hildo Alfonso Sánchez y su esposa, quienes elaboran lámparas, chinos, candiles, canastos y otros artículos a base del bambú que según afirma este artesano “se cultiva en el cerro Bombacho o pueblos cercanos”.
Aunque con su habilidad artesanal no sucedió lo mismo, pues su don es herencia familiar que se ha venido reforzando a través de diversos talleres impartidos por el gobierno con ayuda de una organización española, la cual les enseño a realizar nuevos trabajos con el bambú, que luego desarrollo con la practica.
Sin embargo, existieron algunos otros que no pudo llevar a cabo por su proceso complejo y porque lamentablemente estos talleres tienen una corta duración, que impiden al artesano aprender mas, aun cuando estos han hecho lo posible por obtener otras capacitaciones sobre el tema, los costos de estos son muy elevados para el trabajador, pues cuestan alrededor de 5,000 córdobas.
También explicó que existen zonas donde el bambú se pierde, no solamente por pereza a trabajarlo, sino porque la gente no tiene conocimiento para utilizarlo o desconocen que el bambú se siembra acostado y en tiempo de invierno para cortarse en abril y así poder vender el metro de caña a 25 córdobas.
Asimismo agregó que “Existen variedades de caña en bambú como: la verde, que es muy utilizada y la amarilla, que es poco utilizada, pues no se vende mucho”. Además comento que cualquiera de estas sirven para la elaboración de artesanías sin perder nunca ni un trozo de bambú, ya que hasta de lo mas pequeño se puede realizar una cortina”.
Evidentemente todos los productos anteriormente mencionados se venden al turista extranjero a precios más caros, por ejemplo: de 10 o 20 dólares, puesto que estas muchas veces no comprenden cuanto es su equivalente en córdobas. No obstante a la población nicaragüense se le oferta precio accesible como muestra un candil se le oferta al nica a tan solo 35 córdobas.
Sin lugar a dudas el trabajo de este artesano del bambú es accesible al bolsillo del publico, pero poco beneficioso para él, pues su mano de obra es muy mal pagada y el estado casi no invierte en la subsistencias de esa cultura tan preciada que tarde o temprano desaparecerá, sino se constribuye y apoya a su conservación.
Ahora bien, en esa misma zona de Nindirí encontramos otra labor artesanal muy importante, la Casa de las Cajetas, la cual inicio con la propietaria Doña Socorro de Arauz, quien transmitió sus recetas de generación en generación hasta llegar a la actual, la tercera generación dirigida por Doña Adela Arauz Palacio, jefa de producción, quien en conjunto con su familia han lograda cumplir 101 años y dos meses de mantener en pie dicha empresa.
Según cuenta Doña Adela “Cuando mi mama (Socorro), quien es el motor de la empresa, comenzó con la elaboración de la cajeta de toronja, la cual se realizo a base de la cáscara de naranja, mediante un proceso complejo que inicia con el molido de esta, para luego extraer su acido y llegar al fin al mezclado de la azúcar con los demás componentes que permite obtener la popular cajeta de toronja”.
No obstante la mas vendida en la Casa de las Cajetas es el Manjar de Leche, puesto que su sabor dulcote, es el mas preferido de los clientes que constantemente llegan a comprarlo en grandes cantidades para ser comercializado en los superes y gasolineras. De la misma manera han logrado exportarla fuera del país en lugares como Guatemala y El Salvador, en donde según la jefa de producción “también se comercializaba en los mismo sitios”.
Pero en la actualidad no se esta exportando el producto, debido a los altos costos para el transportarlo y las bajas en las ventas de consumo, ya que las temporadas altas son en el mismo Diciembre y parte de Enero y Agosto.
Ahora bien entre los gustos y sabores que pudimos deleitar, se encuentran las cajetas de naranja, leche, toronja, cacao, zapoyol, coco y patata, así como degustamos de las deliciosas enchiladas y el exquisito pande coco. En fin en la Casa de las Cajetas el consumidor puede disfrutar de siete sabores diferentes, que lo hacen volver al lugar.
El segundo sitio escénico visitado fue el municipio de Catarina (3,500) exactamente el Mirador de Catarina, donde se puede disfrutar de la espectacular vista que conecta con las mas bella de las lagunas nicaragüenses, Laguna de Apoyo, en donde los comerciantes aprovechan la concurrida afluencia de los turistas nacionales y extranjeros, para ofertar sus múltiples productos artesanales como los collares y pulseras de madera, bolsos tejidos, llaveros de cuero, entre otros mas.
Igualmente las visitas pueden disfrutar de exquisitos platillos típicos de la región acompañados con el son de la marimba, en cuanto su panorama observamos nuevas y bonitas construcciones, así como algunas quintas de recreo que están situadas en el borde elevado de la laguna, en donde se goza de un clima fresco, sano, que conserva algunos cultivos.
Actualmente de los catarisenses han encontrado oportunidades en la venta de artesanías fabricada en el vecino municipio de San Juan de Oriente, donde existen buenos suelos que artesanos como Humberto Munguía, quien tiene 25 años de trabajar en la elaboración de jarras, tinajas, alcancías de barro y esculturas. Asimismo menciono que logro desarrollar esta habilidad por medio de capacitaciones ofrecidas por una organización, aunque en realidad afirma que “ya viene de sangre”, puesto que su abuelo trabajaba en ello.
Pero algo diferente ocurre con la nueva generación de este artesano, pues explico que aun cuando sus hijos pueden trabajar en la realización de estas obras de arte, no lo quieren hacer, ya que consideran que es el más tiempo y dinero, lo que se invierte en el barro que lo que se gana. De manera que poco a poco se va perdiendo la herencia artesanal de la familia, debido a lo mal pagado que es este trabajo, al poco financiamiento e interés del gobierno para ayudarlos a progresar.
Para concluir podemos decir que en la región de los Pueblos Blancos en donde nace una cultura pintoresca, constituida por el encuentro y la mezcla de una diversidad cultural, muestra de ello es el sinnúmero de artesanías que se elaboran a base de barro, bambú y frutas. Estas tienen su origen en la familia, las cuales han transmitido su labor de generación en generación para mantener su cultura y de ello sobrevivir, aunque esto se ha vuelto difícil, puesto que el gobierno no ha brindado la cooperaron necesaria para que los artesanos continúen desarrollando sus habilidades artísticas. Por lo tanto, es necesario que la población reflexione acerca de la importancia que tiene la conservación de la cultura popular, de lo contrario esta ya no podrá trascender a la siguiente generación.
En los Pueblos Blancos podemos observar las tradiciones, costumbres y herencia cultural que nos dejaron nuestros antepasados en todas las regiones de los Pueblos Blancos, a través de los diferentes productos que sus artesanos elaboran, tal hecho se ve reflejado en los diferentes municipios tales como: Nindirí, Catarina y San Juan de Oriente, en donde hombres y mujeres demuestran su gran herencia a través de los diversos trabajos realizados por sus manos laboriosas, las cuales caracterizan a la zona en la que habitan.
Como muestra el municipio de Nindirí (7,800h), el cual conserva mucho de su sabor aborigen mediante dos labores fundamentales: el primero son las artesanías de bambú, que realizan expertos como el Señor Hildo Alfonso Sánchez y su esposa, quienes elaboran lámparas, chinos, candiles, canastos y otros artículos a base del bambú que según afirma este artesano “se cultiva en el cerro Bombacho o pueblos cercanos”.
Aunque con su habilidad artesanal no sucedió lo mismo, pues su don es herencia familiar que se ha venido reforzando a través de diversos talleres impartidos por el gobierno con ayuda de una organización española, la cual les enseño a realizar nuevos trabajos con el bambú, que luego desarrollo con la practica.
Sin embargo, existieron algunos otros que no pudo llevar a cabo por su proceso complejo y porque lamentablemente estos talleres tienen una corta duración, que impiden al artesano aprender mas, aun cuando estos han hecho lo posible por obtener otras capacitaciones sobre el tema, los costos de estos son muy elevados para el trabajador, pues cuestan alrededor de 5,000 córdobas.
También explicó que existen zonas donde el bambú se pierde, no solamente por pereza a trabajarlo, sino porque la gente no tiene conocimiento para utilizarlo o desconocen que el bambú se siembra acostado y en tiempo de invierno para cortarse en abril y así poder vender el metro de caña a 25 córdobas.
Asimismo agregó que “Existen variedades de caña en bambú como: la verde, que es muy utilizada y la amarilla, que es poco utilizada, pues no se vende mucho”. Además comento que cualquiera de estas sirven para la elaboración de artesanías sin perder nunca ni un trozo de bambú, ya que hasta de lo mas pequeño se puede realizar una cortina”.
Evidentemente todos los productos anteriormente mencionados se venden al turista extranjero a precios más caros, por ejemplo: de 10 o 20 dólares, puesto que estas muchas veces no comprenden cuanto es su equivalente en córdobas. No obstante a la población nicaragüense se le oferta precio accesible como muestra un candil se le oferta al nica a tan solo 35 córdobas.
Sin lugar a dudas el trabajo de este artesano del bambú es accesible al bolsillo del publico, pero poco beneficioso para él, pues su mano de obra es muy mal pagada y el estado casi no invierte en la subsistencias de esa cultura tan preciada que tarde o temprano desaparecerá, sino se constribuye y apoya a su conservación.
Ahora bien, en esa misma zona de Nindirí encontramos otra labor artesanal muy importante, la Casa de las Cajetas, la cual inicio con la propietaria Doña Socorro de Arauz, quien transmitió sus recetas de generación en generación hasta llegar a la actual, la tercera generación dirigida por Doña Adela Arauz Palacio, jefa de producción, quien en conjunto con su familia han lograda cumplir 101 años y dos meses de mantener en pie dicha empresa.
Según cuenta Doña Adela “Cuando mi mama (Socorro), quien es el motor de la empresa, comenzó con la elaboración de la cajeta de toronja, la cual se realizo a base de la cáscara de naranja, mediante un proceso complejo que inicia con el molido de esta, para luego extraer su acido y llegar al fin al mezclado de la azúcar con los demás componentes que permite obtener la popular cajeta de toronja”.
No obstante la mas vendida en la Casa de las Cajetas es el Manjar de Leche, puesto que su sabor dulcote, es el mas preferido de los clientes que constantemente llegan a comprarlo en grandes cantidades para ser comercializado en los superes y gasolineras. De la misma manera han logrado exportarla fuera del país en lugares como Guatemala y El Salvador, en donde según la jefa de producción “también se comercializaba en los mismo sitios”.
Pero en la actualidad no se esta exportando el producto, debido a los altos costos para el transportarlo y las bajas en las ventas de consumo, ya que las temporadas altas son en el mismo Diciembre y parte de Enero y Agosto.
Ahora bien entre los gustos y sabores que pudimos deleitar, se encuentran las cajetas de naranja, leche, toronja, cacao, zapoyol, coco y patata, así como degustamos de las deliciosas enchiladas y el exquisito pande coco. En fin en la Casa de las Cajetas el consumidor puede disfrutar de siete sabores diferentes, que lo hacen volver al lugar.
El segundo sitio escénico visitado fue el municipio de Catarina (3,500) exactamente el Mirador de Catarina, donde se puede disfrutar de la espectacular vista que conecta con las mas bella de las lagunas nicaragüenses, Laguna de Apoyo, en donde los comerciantes aprovechan la concurrida afluencia de los turistas nacionales y extranjeros, para ofertar sus múltiples productos artesanales como los collares y pulseras de madera, bolsos tejidos, llaveros de cuero, entre otros mas.
Igualmente las visitas pueden disfrutar de exquisitos platillos típicos de la región acompañados con el son de la marimba, en cuanto su panorama observamos nuevas y bonitas construcciones, así como algunas quintas de recreo que están situadas en el borde elevado de la laguna, en donde se goza de un clima fresco, sano, que conserva algunos cultivos.
Actualmente de los catarisenses han encontrado oportunidades en la venta de artesanías fabricada en el vecino municipio de San Juan de Oriente, donde existen buenos suelos que artesanos como Humberto Munguía, quien tiene 25 años de trabajar en la elaboración de jarras, tinajas, alcancías de barro y esculturas. Asimismo menciono que logro desarrollar esta habilidad por medio de capacitaciones ofrecidas por una organización, aunque en realidad afirma que “ya viene de sangre”, puesto que su abuelo trabajaba en ello.
Pero algo diferente ocurre con la nueva generación de este artesano, pues explico que aun cuando sus hijos pueden trabajar en la realización de estas obras de arte, no lo quieren hacer, ya que consideran que es el más tiempo y dinero, lo que se invierte en el barro que lo que se gana. De manera que poco a poco se va perdiendo la herencia artesanal de la familia, debido a lo mal pagado que es este trabajo, al poco financiamiento e interés del gobierno para ayudarlos a progresar.
Para concluir podemos decir que en la región de los Pueblos Blancos en donde nace una cultura pintoresca, constituida por el encuentro y la mezcla de una diversidad cultural, muestra de ello es el sinnúmero de artesanías que se elaboran a base de barro, bambú y frutas. Estas tienen su origen en la familia, las cuales han transmitido su labor de generación en generación para mantener su cultura y de ello sobrevivir, aunque esto se ha vuelto difícil, puesto que el gobierno no ha brindado la cooperaron necesaria para que los artesanos continúen desarrollando sus habilidades artísticas. Por lo tanto, es necesario que la población reflexione acerca de la importancia que tiene la conservación de la cultura popular, de lo contrario esta ya no podrá trascender a la siguiente generación.
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